Tenía la sensación de caer en un agujero sin fondo y apretaba los párpados cerrados. No terminaba de descender quien sabe cuantas leguas de longitud invisible tenía su cuerpo físico, que no acababa de detener el hundimiento de su conciencia amontonada ahora en un erizamiento de desesperación. De sus párpados caían sucesivas capas de oscuridad más densa. (…) Sentía que ya no era un hombre, sino una llaga cubierta de piel…
Roberto Arlt.
Todavía quedan noches
Para esquivar la lluvia salada
Para que la cordura no nos deje carne entre las uñas…
Y caer,
Para sentir eso que se siente sólo cuando se esta cayendo…
Porque hay razones
Para hacer crecer flores en los pantanos del alma…
Aunque las heridas se pudran como frutas mordidas…
Y se coman todas las flores muertas que puedan asesinar
Roer las paredes de la luz infinita
Y perseguir las líneas azules…
Es que el tiempo es tan cruel con los solitarios…
Georgina
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