Siempre supuse que escribir era parte de mí,
que los que escribíamos éramos gente inconforme,
que escribíamos para llenar un hueco. Ahora ese hueco está lleno de cuestiones
burocráticas y pseudo existencialistas. Ignoré mi necesidad de escribir. Ya pasó
un poco todo el sofocón, ya acomodé bastante todo ese espacio de la vida real
que debía ser acomodado hace mucho tiempo (la familia, la vida, los años, los
ciclos, y todas esas boludeces). Quizás ahora pueda escribir para empezar a
generar esa conexión conmigo misma que vengo dejando de lado (por más new age suene
eso que acabo de escribir). ¿Cómo empezamos? ¿O es que ya empecé? ¿Empezar otra
vez? ¿O hacerse la boluda con lo que está ahí, escapándose de los dedos por
salir, todo para no romperte la cabeza tres noches seguidas para que un verso
quede como debe quedar? ¿Otra vez hacerte la boluda?
No.
Necesito escribir.
2 comentarios:
Cuando volví a empezar a escribir me agarró una obsesión por escribir cómo me costaba escribir. Necesitaba sacar todo ese conflicto y depurarme para después, sí, realmente volver a escribir. Con el tiempo me di cuenta de que el conflicto no se iba a ir nunca y que iba a tener que hacerlo con él para siempre, haciéndole fuerza, como las butacas del cine que se te cierran solas mientras te sacás todo el abrigo del invierno
excelente ejecución de la metáfora, no podría haberlo dicho mejor :)
sí, igual está heavy el asunto...
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