El dios de los cristianos, Dios de mi infancia, no hace el amor. Quizás es el único dios que nunca ha hecho el amor, entre todos los dioses de todas las religiones de la historia humana. Cada vez que lo pienso, siento pena por él. Y entonces le perdono que haya sido mi superpapá castigador, jefe de policía del universo, y pienso que al fin y al cabo Dios también supo ser mi amigo en aquellos viejos tiempos, cuando yo creía en Él y creía que Él creía en mí. Entonces paro la oreja, entre la caída del sol y la caída de la noche, y me parece escuchar sus melancólicas confidencias.

Eduardo Galeano.

domingo, 27 de septiembre de 2009

lavarse en una palangana, a la sombra del paraíso



Esa madrugada tomamos agua toda la noche
Y sentíamos que nos lavábamos por dentro
Nos lavábamos en una palangana, a la sombra de un paraíso

Pero éramos cuerpos afiebrados de existir



Ya no sirve la posición del loto
Para encontrar una respuesta al sufrimiento
Sino más bien para cagarse en Buda
Y enterrar todas las respuestas y el sufrimiento con ellas



Ya no me sirve que me mires a los ojos
Cuando es mi alma la que está destruida
Y esas cosas casi nunca coinciden
Se apagan y se prenden



Y yo soy una cantidad de excusas



Éramos ciegos buscando vivir
Pero mi astigmatismo me hacía ver todo
Como un sueño mal soñado
Y respiro hondo


Y mis pulmones se llenan de flores y rayos

Y germinan espejos


Georgina








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