El dios de los cristianos, Dios de mi infancia, no hace el amor. Quizás es el único dios que nunca ha hecho el amor, entre todos los dioses de todas las religiones de la historia humana. Cada vez que lo pienso, siento pena por él. Y entonces le perdono que haya sido mi superpapá castigador, jefe de policía del universo, y pienso que al fin y al cabo Dios también supo ser mi amigo en aquellos viejos tiempos, cuando yo creía en Él y creía que Él creía en mí. Entonces paro la oreja, entre la caída del sol y la caída de la noche, y me parece escuchar sus melancólicas confidencias.

Eduardo Galeano.

martes, 11 de agosto de 2009




Era ya de noche.
El le preguntó dónde se alojaba, para llevarla en coche.
Le respondió tímidamente que todavía no había buscado hotel
y que la maleta la tenía en la consigna de la estación.


Ayer mismo había tenido miedo de que, si la invitaba a visitarle en Praga,
viniera a ofrecerle toda su
vida.
Cuando ahora le dijo que tenía la maleta en la consigna,
se dio cuenta de inmediato de que en esa
maleta
estaba toda la vida de ella
y de que la había dejado momentáneamente en la estación
antes de
ofrecérsela.


Milan Kundera

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