El dios de los cristianos, Dios de mi infancia, no hace el amor. Quizás es el único dios que nunca ha hecho el amor, entre todos los dioses de todas las religiones de la historia humana. Cada vez que lo pienso, siento pena por él. Y entonces le perdono que haya sido mi superpapá castigador, jefe de policía del universo, y pienso que al fin y al cabo Dios también supo ser mi amigo en aquellos viejos tiempos, cuando yo creía en Él y creía que Él creía en mí. Entonces paro la oreja, entre la caída del sol y la caída de la noche, y me parece escuchar sus melancólicas confidencias.

Eduardo Galeano.

miércoles, 6 de enero de 2010

Cucurrucucú... paloma



Dicen que por las noches
nomás se le iba en puro llorar;
dicen que no comía,
nomás se le iba en puro tomar.
Juran que el mismo cielo
Se estremecía al oír su llanto;

cómo sufrió por ella,
que hasta en su muerte la fue llamando.


Ay, ay, ay, ay, ay,... cantaba,
ay, ay, ay, ay, ay,... gemía,
ay, ay, ay, ay, ay,... cantaba,
de pasión mortal... moría.

Que una paloma triste
muy de mañana le va a cantar,
a la casita sola,
con sus puertitas de par en par.
Juran que esa paloma
no es otra cosa mas que su alma,
que todavía la espera
a que regrese la desdichada.

Cucurrucucú... paloma,
cucurrucucú... no llores,
las piedras jamás, paloma
¡que van a saber de amores!
Cucurrucucú... cucurrucucú...
cucurrucucú... paloma, ya no llores.

Tomás Mendez Sosa

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