El dios de los cristianos, Dios de mi infancia, no hace el amor. Quizás es el único dios que nunca ha hecho el amor, entre todos los dioses de todas las religiones de la historia humana. Cada vez que lo pienso, siento pena por él. Y entonces le perdono que haya sido mi superpapá castigador, jefe de policía del universo, y pienso que al fin y al cabo Dios también supo ser mi amigo en aquellos viejos tiempos, cuando yo creía en Él y creía que Él creía en mí. Entonces paro la oreja, entre la caída del sol y la caída de la noche, y me parece escuchar sus melancólicas confidencias.

Eduardo Galeano.

viernes, 31 de julio de 2009



Desnuda de frío y hermosa como ayer, tan exacta como dos y dos son tres. Ella llegó a mí, apenas la pude ver aprendí a disimular mi estupidez. Bienvenida Casandra! Bienvenido el sol y mi niñez, sigue y sigue bailando alrededor, aunque siempre seamos pocos los que aún te podemos ver. Les contaste un cuento sabiendolo contar y creyeron que tu alma estaba mal. La mediocridad para algunos es normal la locura es poder ver más allá. Baila y baila Casandra! Digo bien, bien, bien! La pude ver: no hablo yo de fantasmas ni de Dios sólo te cuento las cosas que se te pueden perder.

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