El dios de los cristianos, Dios de mi infancia, no hace el amor. Quizás es el único dios que nunca ha hecho el amor, entre todos los dioses de todas las religiones de la historia humana. Cada vez que lo pienso, siento pena por él. Y entonces le perdono que haya sido mi superpapá castigador, jefe de policía del universo, y pienso que al fin y al cabo Dios también supo ser mi amigo en aquellos viejos tiempos, cuando yo creía en Él y creía que Él creía en mí. Entonces paro la oreja, entre la caída del sol y la caída de la noche, y me parece escuchar sus melancólicas confidencias.

Eduardo Galeano.

jueves, 1 de octubre de 2009






 
El teléfono no acerca, confirma las distancias. 
No se es dos como en una conversación puesto que no se ve
No se está solo como delante del papel, 
que permite hablarse hablándole al otro, 
buscar, encontrar la verdad. 
He tenido ganas de escribirle...
 
Simone de Beauvoir
 
(extrañando)

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