El dios de los cristianos, Dios de mi infancia, no hace el amor. Quizás es el único dios que nunca ha hecho el amor, entre todos los dioses de todas las religiones de la historia humana. Cada vez que lo pienso, siento pena por él. Y entonces le perdono que haya sido mi superpapá castigador, jefe de policía del universo, y pienso que al fin y al cabo Dios también supo ser mi amigo en aquellos viejos tiempos, cuando yo creía en Él y creía que Él creía en mí. Entonces paro la oreja, entre la caída del sol y la caída de la noche, y me parece escuchar sus melancólicas confidencias.

Eduardo Galeano.

lunes, 24 de noviembre de 2014

Helena



¿De dónde salieron estas murallas que me tapan hasta la frente?
¿Quién levantó estos tapiales que me aplastan las sienes?
(Llegan tan alto que ni siquiera puedo oírme)

¿Quién construyó este fuerte que bordea todas mis costas?

Quietita espero
que vengan mil naves
aplasten los paredones
me rompan al medio
e incendien mi ciudad

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